Hay elementos dentro del interiorismo de cualquier proyecto que resultan indispensables. Un ejemplo son las puertas. Y dentro de su papel clave, pueden presumir, además, de contar con diferentes tipologías, una ventaja que agradece mucho el interiorista dada la diversidad de necesidades con las que se puede encontrar en las viviendas que vaya a trabajar.
Uno de los tipos que existen son las puertas correderas y de ellas hablaremos en este post, teniendo en cuenta que el estudio de interiorismo de Barcelona, Tinda’s Project, implementa este recurso en muchos de sus proyectos, tal como demuestran todas las fotografías que ilustran el texto.
El primer paso, y como parte del trabajo que desarrolla un interiorista, es estudiar y valorar cada caso en concreto, es decir, cuál es la mejor opción a elegir cuando se plantee la disyuntiva entre puertas abatibles (las más habituales) o puertas correderas. Además, no en todos los casos serán viables las correderas, por ejemplo, si la pared donde ha de ir tiene instalaciones o tomas de agua o de luz.
Está claro que el papel principal de las puertas correderas es el de transformar las dimensiones de la casa por la practicidad que aportan, especialmente cuando hablamos de espacios pequeños, y no hay que olvidar su función decorativa, dadas las posibilidades estéticas que se pueden implementar en estas puertas.
Las puertas correderas ofrecen tantas posibilidades como las abatibles porque se pueden elegir con diferentes acabados, tamaños, etc., siempre dependiendo del objetivo que se busque.
Es habitual que la instalación de puertas correderas se plantee ‘ad-hoc’ para ese determinado proyecto, de forma que las dimensiones de las mismas se encargan a medida, ya que mayormente, además, la altura va de suelo a techo. Y no hay que olvidar que hay proyectos que exigen que las puertas sean dobles.
Y tan importantes son las puertas como los diferentes componentes que estas precisan. El principal es el riel que ha de ser de alta calidad, teniendo en cuenta que ha de aguantar el peso de la puerta corredera. A efectos estéticos puede elegirse integrado en el techo si lo queremos discreto o con un acabado que decida realzarlo, por ejemplo, en otro color. Eso sí, la guía ha de ofrecer una nivelación perfecta si queremos que la puerta tenga un recorrido fluido y suave y los rodamientos también han de ser de calidad porque son los que sobrellevan el uso más o menos intenso del efecto ‘abrir-cerrar’ de la puerta.
Y luego están los tiradores que toda puerta corredera necesita. En su elección también influirá la tipología seleccionada, pudiendo estar integrados en la propia puerta a modo de uñero o similar con diferentes formas, o un tirador externo tipo asa o manillón, que los hay de diferentes acabados, tamaños y formas.
Podría decirse que las puertas correderas se consideran un elemento separador de ambientes que, en un momento dado, es capaz de aislar físicamente dos espacios, pero existen otros elementos menos invasivos que también nos pueden ayudar en este objetivo, tal como te contamos en el post sobre ideas para separar ambientes en tu hogar. O incluso optar directamente por paredes de cristal, en lugar de puertas.
Y, por supuesto, existen otros tipos de puertas que, sin ser correderas, su sistema se aproxima, como son las puertas tipo acordeón o las pivotantes, aunque estas últimas ‘roban’ mucho espacio.
Sea cual sea la idea que tengas en la cabeza sobre la posibilidad de instalar puertas correderas en tu casa, puedes consultarnos sin compromiso y te ayudaremos a aclarar tus dudas buscando la mejor solución.
© Todas las fotografías son de Mercè Gost